martes, 22 de septiembre de 2009

Capítulo IV: El Registro Civil, Una Nueva Esperanza

Hoy nos hemos pasado toda la noche seleccionando canciones para la barra libre (elemento que tendrá su propia entrada en el blog dentro de un rato largo) y el menda se ha acostado a eso de las 8:30 de la mañana.

Así pues, no es de extrañar que haya llegado al Registro Civil a las 13:15 (me he levantado a las 11:30, tampoco es que haya dormido una barbaridad).

Para quien no lo sepa (que para qué teníais que saberlo) el Registro Civil de nuestros amores, el de la calle Pradillo 66, cierra a las 14:00 así que ha habido cierto margen de maniobra (gracias taxi, gracias taxiiii).

El caso, me he presentado allí (y esta vez no he pitado en los detectores de metales) y he entregado el papelito de la cita en nuestro ya familiar mostrador/mesa atravesada en un pasillo.

Después de 40 minutos de espera, viendo cómo la gente se desesperaba en la cola, uno intentaba convencer de forma muy prepotente a la señorita del mostrador (que era bastante maja) que según la Ley no tenía que llevar no sé qué papeles por no sé qué del Tribunal de la Haya (odio a los listos) y cómo una pareja no tenía muy claro si se había casado o no en un consulado (o quizás no sabían explicárselo muy bien a la buena mujer) me llamaron.

Antes de continuar, un breve apunte sobre el señor de la Haya, dos frases de hecho: la señorita le explicó después de aguantar su perorata prepotente, que tenía que llevar tal y tal porque es lo que estaba establecido.

Señor P: "Pero eso no es así" (aproximadamente)
Señorita Paciente: "Pues eso tendrá que decírselo a los jueces"
Señor P: "Ya, ése es el problema"

Fin de la conversación.

¿¿Me puede explicar alguien por qué se va alguien a desahogarse a un sitio donde hay colas kilométricas y el aire acondicionado aún no se ha descubierto?? Que se vaya a tirarse de un puente, o escriba una carta al periódico, pero que no haga perder el tiempo a la gente, coñe. Todos sabemos que el Registro Civil es un caos, pero no por culpa de la gente que trabaja ahí, sino de quienes les proveen (o mejor dicho, no proveen) de medios para trabajar que, casualmente, no estaban en ese mostrador.

Volviendo al tema (era para dar un poco de emoción).

Me llaman por fin y paso a la mesa, me siento... ¡y los papeles están listos!

El hombre se limitó a pedirme DNI (muy majo, eso sí), preguntarme en qué registro era la boda, si teníamos fecha y si lo mandaban por correo o veníamos a recogerlo (sé que es un mito pero entre Correos y Yo, me prefiero a mí para un asunto como éste).

Total, que echo una firmita y fuera.

Tiempo total del trámite: 1 minuto 30 segundos

Endeluego...

Eso sí, aún no ha terminado todo. Tenemos que ir a recogerlos físicamente el día 24 para llevarlos nosotros al Registro (en concreto se los daremos a la empresa Dagor para que los lleve al registro del ayuntamiento que corresponde). Hasta que no tenga entregado ese sobre yo no canto victoria al 100%

Seguiremos informando.

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